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sábado, 3 de septiembre de 2011
Un refugio improvisado
Cuando nos embarcamos en una aventura, los accidentes son una variable que siempre está presente. Antes de asustarnos, lo mejor es tomar las precauciones necesarias y prepararnos para saber afrontar cualquier inconveniente.
En caso de que uno de nuestros compañeros de camino tenga un problema y debamos inmovilizarlo para esperar ayuda profesional, es bueno saber improvisar un refugio para mantenerlo seguro y cómodo.
Necesitás:
• Cuatro mantas térmicas
• Una soga
• Ganchos o mosquetones
• Hojas secas
Instrucciones
El primer paso es allanar el suelo e improvisar un colchón con ramas y hojas secas. Esto impedirá que la humedad del suelo se traspase a la persona.
Tapar con una de las mantas térmicas.
Amarrar una soga una altura de no más de 80cm. por sobre el suelo allanado, para poder colocar sobre ella otras dos mantas térmicas, formando una pequeña carpa.
Aseguralas con piedras en los extremos para que no se muevan, y colocá ganchos o mosquetones en la parte superior para ajustarlas a la soga.
Ayudá a tu amigo herido a recostarse dentro y mantenelo cómodo e inmóvil hasta que llegue la ayuda profesional, cobijado con la manta restante.
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